Estamos en 5 de enero de 2016, comenzando un nuevo año. Vale la pena en reflexionar sobre
como vivimos el año pasado, sin embargo quiero dejarlo de lado. Lo que debemos de cambiar
y lo que necesitamos ya lo conocemos en nuestro interior. Pero si algo podemos hacer en
este año es fijarnos en aquello que no tiene nuestro foco de atención. Piensa un poco .....
Que podría ser.... Tal vez la relación con otra persona....
Acaso...
Un abuelo o abuela por titulo pero que no lo sentimos de corazón. Un hermano
o hermana con el que ya no nos relacionamos tanto como antes porque se ha
casado o sólo se va a trabajar. Podría ser inclusive nuestro propios padres....
o algún amig@ que no vemos en años.
El que sintamos que "no" nos da tiempo de hablar con él/ella o que no vale la pena intentar es solo una excusa. A veces hay cosas más importantes (como las relaciones con los demás) que simples deseos de Amor, Paz, Salud, Felicidad, Dinero... con los que no sabemos como los conseguiremos... pero allí están. Ellos aparte... y nosotros a parte sin hacer nada.
Redirige tu atención. . Tanto que pasamos por alto.
Os dejo este cuento que encontré por allí...
******************************************************************************
Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.
- "¿Qué hay de nuevo?" - Pregunta un ángel pelirrojo, recién llegado.
"Lo de siempre: Amor, Paz, Salud, Felicidad..."- Contesta el ángel más viejo.
"Y bueno, todas esas son cosas muy importantes".
"Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo."
"¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos?" - Dice el más joven y entusiasta de los ángeles.
"¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo?"-Pregunta el anciano.
Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente, mañana, tarde y noche, hasta los últimos minutos del último día del año.
Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía:
"Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor: Sin violencia. sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres.
Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes, y viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanto nos falta nos hace.
Si queremos podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad."
Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos.
Del libro "Cuentos para niños de 8 a 108 II"-Pancho Aquino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario