Él la persigue a ella, y ella lo persigue a él.
Como dos niños enfrascados en un juego, divirtiéndose sin parar;
como un juego eterno donde el hecho es encontrarse,
y desaparecer hasta volverse a encontrar.
Donde cada encuentro es más fuerte que el anterior,
porque revela la fuerza adquirida en la ausencia
y la debilidad adquirida en el encuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario