Que los libros te acompañen

Desde que el hombre aprendio a vivir en la intimidad de los libros, descubrio un lenguaje entrañable. Leer un libro es como abrazar y ser abrazado: nada sustituye la intensidad de ese hechizo.
Todo el que tiene el hábito de leer sabe que, cada vez que es abierto, un libro dice otra cosa.
Los libros no son solo las paginas o lo que estas revelan: son tambien el instante privado en que un ser humano entra en comunion con ellas.
La experiencia de leer es insustituible.

Hoy en dia tenemos acceso a la informacion con un simple teclazo. Quieren hacernos creer que la informacion es conocimiento, pero no es cierto. Saber la superficie de un paìs o que distancia salta una pulga quiza nos resulte útil, pero no es en si conocimiento. El mejor camino hacia el conocimiento-hacia la sabiduria, el placer, la perspicacia, el entendimiento de la naturaleza humana y la comprension de nosotros mismos, de nuestro mundo y del lugar que ocupamos en el-está en los libros.

Hay que leer para vivir mejor; leer durante toda la vida. Ninguna creacion humana proporciona tanto alimento para el espiritu ni tan infinita recompensa por el tiempo invertido como un buen libro. Hay que leer sin medida; dejar que un libro nos conduzca a otro. De hecho casi siempre es así.

Se puede comenzar por un gran escrito hasta conocer toda su obra, leer sobre  lugares en los que nunca se ha estado, o libros que han cambiado el curso de la historia: Common Sense ("Sentido Comun") de Thomas Paine, o Silent Spring ("Primavera Silenciosa"), de Rachel Carson.

LEA aquellos libros que considere lecturas obligadas y que supone aburrirlos. Un clasico de la literatura podria definirse como un libro que se publica durante mucho tiempo, y si ocurre así es porque se trata de algo excepcional. ¿Por que excluir lo excepcional de nuestra experiencia? Y cuando lea un libro que le encante, que lo haga vivir intensamente, que lo apasione, recomiendeselo a familiares y amigos.
Llevar un libro a dondequiera que se vaya es un consejo antiguo y sabio. Jhon Adams (prssidente de Estados Unidos de 1797 a 1801) exhortaba a su hijo a llevar siempre una antologia de poemas. "Nunca estaras solo con un poeta en el bolsillo", decia.


(Que los libros te acompañen, Selecciones 2000)